Fiesta en la madriguera (Narrativas hispánicas) (Spanish Edition) by Juan Pablo Villalobos

autor:Juan Pablo Villalobos [Villalobos, Juan Pablo]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788433932884
editor: Editorial Anagrama
publicado: 2010-04-29T04:00:00+00:00

Lo malo de ser Junior López es que no puedo usar mis sombreros. Winston López dice que se trata de no llamar la atención mientras estamos en Monrovia. Mis sombreros se quedaron en nuestro palacio, guardados en la habitación de los sombreros. En Monrovia hace calor, pero yo tenía frío en la cabeza, mucho. Entonces Winston López me compró dos sombreros de safari africano en la tienda de recuerdos del Mamba Point Hotel. Son sombreros que parecen platillos voladores de los extraterrestres. Uno es color caqui y el otro color verde olivo, que son los colores del camuflaje que sirven para esconderse.

Los sombreros de safari africanos son los sombreros de los cazadores de animales y son buenos para buscar a los hipopótamos enanos de Liberia. En realidad sirven para buscar cualquier animal, un león o hasta un rinoceronte. Son como los sombreros de detective, que sirven para las investigaciones, pero especializadas en los animales.

A las diez de la noche de Monrovia, John Kennedy Johnson pasa a recogernos al Mamba Point Hotel en su jeep para hacer el safari. Un safari es así: te subes a un jeep y te metes por los bosques, por la selva y por los pantanos para buscar los animales. Hay los safaris para matar animales y los safaris para capturarlos. También hay los safaris que nomás sirven para ver los animales. Eso es para evitar mandarlos a la extinción. Winston López dice que ésas son mariconadas. Además del jeep también hay que usar una camioneta con jaulas para guardar a los animales. La camioneta la maneja el socio de John Kennedy Johnson, que se llama Martin Luther King Taylor.

El jeep de John Kennedy Johnson brinca mucho cuando recorremos los caminos desde Monrovia hasta los bosques de Liberia. Brinca cuando caemos en un hoyo y vuelve a brincar cuando salimos. Luego es peor, porque en los bosques de Liberia ni siquiera hay caminos. Nos metemos entre los árboles y de tanto que brinca el jeep ya ni se sienten los brincos. Es como ir volando. John Kennedy Johnson tiene unos faros especiales para iluminar los bosques de Liberia. Con esos faros vamos buscando a los hipopótamos enanos de Liberia, pero no podemos encontrarlos. Ya hemos visto: el primer día antílopes, changos y puercos. El segundo día antílopes, víboras y hasta un leopardo. Y el tercer día antílopes y changos. Pero cero hipopótamos enanos de Liberia, cero.

Me parece que los sombreros de safari africano que estoy utilizando no sirven para nada, porque no son auténticos. Es por culpa de haberlos comprado en una tienda de recuerdos y no en una sombrerería. Todo por la paranoia de Yolcaut. Si me hubiera dejado traer mis sombreros de detective seguro que ya habríamos encontrado a los hipopótamos enanos de Liberia.

El colmo es que cuando no estamos haciendo el safari nos estamos aburriendo muchísimo. Nos quedamos todo el tiempo encerrados en el Mamba Point Hotel, porque en Monrovia no hay nada bueno para ver. Estamos tan aburridos que Franklin Gómez me está enseñando todos los juegos de cartas que existen.

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